Parece que con la llegada de diciembre comienza el frío y las lluvias, y en muchos casos te hace rememorar las épocas cuando salías al campo y ese agua con un olor especial te hacía sentir de maravilla. Pues que sepas que ese olor agradable que te evoca tiene nombre y se denomina geosmina, palabra de origen griego cuyo significado es “aroma de la tierra”.
¿Sabes qué es lo que produce este olor a tierra mojada? La respuesta es la geosmina.
Realmente la geosmina es una sustancia química producida por la bacteria Streptomyces Coelicolor y algunas cianobacterias inofensivas que se hallan en el suelo pero que se hace más perceptible típicamente cuando la tierra se moja; por ejemplo, cuando llueve o se riega un jardín. Identificamos geosmina como el perfume de la madre tierra, el olor húmedo característico y reconfortante que desprende la tierra después de ser rociada con las primeras gotas de lluvia tras un día caluroso. No confundir con “petricor” que es el aroma distintivo que acompaña a la primera lluvia tras un largo período de sequía o en suelos secos.
Varios estudios han investigado su genoma, determinando el gen productor de su característico aroma y es que el Streptomyces, aparte de por el característico olor que proporciona, es un microorganismo importante en el campo de la medicina moderna, del cual obtener antibióticos, antibacterianos, agentes antitumorales, antivirales e inmunosupresores.
La geosmina marca la diferencia entre la vida y la muerte
Aunque quizás este olor no sea más que anecdótico y evocador para los seres humanos, la geosmina y ese olor a tierra mojada es, sobre todo, importante para muchos animales que viven en el desierto como, por ejemplo, los camellos, quienes al percibir y captar su olor, incluso a más de 80 km de distancia, pueden tener la seguridad de que encontrarán agua y garantizar su supervivencia. Los botánicos también han descubierto geosmina en flores de cactus y del Amazonas, cuyos olores atraen a los insectos en busca de agua y de esta manera y accidentalmente polinizan la flor o como mecanismo para que los animales dispersen las esporas. Según diferentes estudios, los seres humanos somos capaces de percibir el olor de bajas concentraciones de entre 10 y 5 partes por trillón de geosmina en el agua.
El olor característico de la tierra se investigó por primera vez en 1891, pero no fue hasta 1965 cuando se identificó la geosmina como sustancia responsable de este olor tan singular. Las gotas de lluvia arrastran esta sustancia que libera su olor al aire, gracias a las microburbujas que se producen, las cuales no se originan con las lluvias torrenciales.
La geosmina es también responsable de algunos aromas en el vino, pudiendo presentar esencias terrosas características de esta sustancia que ponen en jaque el paladar y el olfato de muchos enólogos.
Curioso, ¿verdad? Ahora asómate a la ventana y disfruta de ese olor que estás a punto de sentir.