El arte urbano es, claramente, el alma de las ciudades. Ya podemos decir que hemos madurado lo suficiente como sociedad para poder admitir que estos grafitis y pintadas que vemos en los muros de nuestras ciudades son, verdaderas obras de arte.
Hablamos obviamente de estas pinturas con un sentido, con un mensaje (no nos referimos en absoluto a esas pintadas con firmas sin sentido que no hacen otra cosa sino que manchar la ciudad) social o político.
Ya no es necesario tener contactos en el mundo del arte para poder enseñar tu obra en una galería o intentar expresar lo que sientes a través de un lienzo, la calle, se ha convertido en el medio más democratizador de la historia, y en las páginas en blanco para que absolutamente todo el mundo sea testigo del mensaje que quieres transmitir.
La mayoría de las veces, hablamos de actos artísticos urbanos en los cuales la política y fenómenos como el consumismo o la globalización toman las riendas de la obra. Actos, que muchísimas veces se pueden considerar vandálicos. Nosotros no vamos a entrar a debate, pero lo que sí podemos admitir es que cuanto menos son polémicas.
Por eso, vamos a hablar de las acciones de street art más polémicas de los últimos tiempos ( y si, vamos a hablar de Banksy )
BANKSY Y SOTHEBY’S
Imagina por un momento que el artista urbano por excelencia, aquel que normaliza el arte urbano por todo el mundo, el mismo que plasma todas sus obras de un mensaje político anticapitalista, decide vender una de sus obras más icónicas a la mayor casa de subastas del mundo.
A priori, esta situación es bastante chocante. Muchos fans del artista alrededor del mundo enseguida lo tacharon de vendido y de que tras tantos años de “lucha urbana” se había vendido al mejor postor ( y nunca mejor dicho). Banksy respondió a las críticas con que nada es lo que parece y que tuvieran paciencia.
El día llegó, y una de sus obras más icónicas Niña Con Globo se puso a la venta. La subasta fluyó con normalidad hasta que por fín hubo un ganador. En el momento en el que el martillo sonó para cerrar la subasta, por un valor de 1 millón de libras, la obra empezó a autodestruirse a través de una trituradora de papel oculta en el marco. Estamos hablando de una obra de arte dentro de una obra de arte.
A día de hoy, esta obra ¿medio-destruida? se ha convertido en una de las mejores de la actualidad.
Puedes ver el video aquí: https://www.youtube.com/watch?v=eXKE0nAMmg4
11 Octubre (Meatpacking District)
Una de sus obras atemporales y menos tangibles de la historia. Banksy recorrió el “Meatpacking District” de nueva york con esta furgoneta cargada de animales de peluche ¿Su motivo? el querer concienciar a la gente de a pié sobre el maltrato animal y sobre las pobres condiciones de vida que tienen los animales antes de ir al matadero.
Según Banksy, existe una cierta hipocresía en la sociedad actual con respecto al mundo animal. Todos quieren tener una mascota bonita y cada vez que van a una granja se encariña del corderito de turno, para luego seguir consumiendo carne de manera incluso descontrolada y sin pararse a pensar sobre los procesos que la industria alimentaria sigue.
Dump Trump por Hanksy
Durante estos últimos años se ha destapado en Nueva York, un artista callejero autodenominado como Hanksy. Este artista ha confesado desde siempre, estar influenciado por Banksy ( de ahí su nombre) y que quiere plasmar su obra en base de las directrices y métodos utilizados por el famoso artista internacional.
Una de sus obras más visitadas en Nueva York fue la de “Dump Trump” en la cual el artista refleja su descontento con el presidente actual de Estados Unidos al dibujarle en forma de excremento de perro con moscas alrededor. Decimos que “fue” porque la obra fue eliminada a las pocas semanas ya que el dueño del edificio recibió mensajes por parte del ayuntamiento para invitarle a que lo borrara o de lo contrario se vería inmerso en un proceso legal contra el presidente de los Estados Unidos.
La tienda en Londres de Banksy
El pasado mes de septiembre salió la noticia de que Banksy había abierto una tienda en el centro de Londres. En principio, esta noticia corrió como la pólvora entre los londinenses, pero la sorpresa fue mayúscula cuando llegaron y vieron que efectivamente la tienda existía, pero no había manera de poder entrar a ella.
Se trata de la obra “ Producto Interior Bruto” en dónde el artista expresa su rechazo a la capitalización de su obra, es decir, de cómo unos pocos sacan provecho económico de lo que él denomina una lucha social que pretende conseguir lo contrario.
Dentro de la tienda se pueden observar obras como : Una lámpara cuyas velas empiezan a derretirse, una cuna de bebé vigilada por cámaras de seguridad, una bola de discoteca hecha con un casco de policía o un felpudo realizado con chalecos salvavidas. Todo en un claro acto de rebeldía en el que critica la hipocresía del mundo actual.