Probablemente sea el personaje de ficción que más se ha ocupado de estar pendiente de todos los detalles para resolver un caso. En 2017 se van a cumplir 130 años desde que fue publicada la primera novela en la que aparece Sherlock Holmes, Estudio en escarlata. Por ello, queríamos contarte algunas curiosidades sobre su genial autor, Sir Arthur Conan Doyle.
No tan elemental, querido Watson
Cuando uno piensa en aquella época le viene a la mente el Londres victoriano y vetusto en el que, por ejemplo, acontecieron los crímenes de Jack el Destripador. De hecho, hay una interesante teoría publicada en forma de libro, por el grafólofo y perito forense español Jesús Delgado Lorenzo (Editorial Bubok), que asegura que el criminal podría haber sido el propio Doyle (Conan era su segundo nombre, no su apellido).
Pero quizá te sorprenda conocer que Doyle era mucho más moderno de lo que podríamos suponer. Por ejemplo, era un gran amante de los deportes. Destacó en rugby y golf. Fue portero de fútbol amateur y se le considera uno de los responsables de introducir y difundir el esquí en Gran Bretaña. ¡Hasta participó en una pionera carrera de coches, en 1911!
Además de escritor, era médico, como lo era el acompañante de Holmes, el doctor Watson. Y tenemos que agradecer que nadie soliese visitar su clínica oftalmológica de Londres y que, gracias a eso, tuviese tanto tiempo libre para escribir. También como médico, realizó un viaje al Océano Ártico que duró seis meses y aprovechó su aventura para introducir detalles relacionados con las travesías marítimas en alguna de sus novelas.
Y aunque, por aquel entonces, obviamente, no existía Twitter, sufrió múltiples amenazas verbales públicas y “escraches” cuando decidió que Sherlock Holmes debía morir. Tanto es así que tuvo que revivir al personaje, pero lo hizo en una nueva novela a modo de “precuela” que situaba su acción años antes de fallecer el personaje. El propio autor, en el jardín de su casa, con una flor en mano junto a su pecho, se despidió de este mundo mientras le decía a su mujer: “You are wonderful”.
Por cierto, en sus novelas jamás escribió la célebre cita de “Elemental, querido Watson”. Eso fue un invento posterior del cine…