Bene Rohlmann

Uno de los artistas invitados para esta primavera-verano es Bene Rohlmann, ilustrador y artista alemán, colaborador habitual de la atractiva escena gráfica de Berlín. Su obra se inspira en gran medida en los cómics, dibujos animados, envases y publicidad vintage (sobre todo, de las cajas de cerillas), la cultura pop y el arte popular de Norteamérica, México y Japón.

Ya sea a través de la fotografía, la ilustración o el collage, nos lleva a mundos surrealistas que a menudo implican la apropiación indebida de personajes conocidos. Su estilo atrevido y colorido ha decorado periódicos, revistas, monopatines, ropa, portadas de discos y libros, carteles de conciertos, botellas de cerveza, paredes de galerías y de todo un poco a lo largo de todo el globo.

En cuanto a la ilustración, la atención al detalle y el perfecto acabado de Bene Rohlmann, dan a sus dibujos una calidad artesanal, casi vectorial. Es uno de esos pocos artistas que aún consiguen tener un universo propio para ofrecer obras originales y muy gráficas.

Un ilustrador alemán con un estilo muy peculiar, influenciado por el cómic y los dibujos animados clásicos, con toques de ilustración editorial y un gusto exquisito por el horror vacui visual pero bien llevado, que le da a todo lo que dibuja un punto diferente que te obliga a analizar la imagen en profundidad.

Nos ha encantado colaborar con él y plasme con sus dibujos la nueva colección con un toque que lo diferencia de los demás dando un resultado especialmente interesante.

«Siempre me ha fascinado la cultura asiática y la flora y fauna exóticas, por lo que me gusta crear diseños que combinen estas influencias. Por ejemplo, suelo elegir el tigre (porque es mi animal favorito).”

Es difícil definir el estilo que ha creado Bene Rohlmann, tiene un punto de tattoo tradicional de la vieja escuela, mezclado con un estilo lineal muy actual. Algo de ciencia-ficción de estética retrofuturista y mucho surrealismo distópico. Sobre todo, es agradablemente fresco, emocionante e impecable. Aunque quién sabe cuántos atajos, desvíos y meandros dará a su estilo durante ese camino.

Nacido en 1985 en Münster (Alemania), actualmente vive y trabaja en Berlín. En 2007 comenzó su formación profesional en diseño, con una especialización en ilustración en la FH Münster de su ciudad natal, graduándose en 2012. Sus obras combinan varias técnicas tradicionales como el collage y el dibujo, e incorporan un surtido aleatorio de temas que le interesan, como los cultos a la muerte mexicanos, el arte tradicional de las tribus nativas, contenidos relacionados con la naturaleza como las polillas y las plantas, las películas clásicas de Disney y los anuncios antiguos.

Bene Rohlmann dibujaba los cuentos que su abuelo le contaba. Rellenaba cuadernos con caperucitas y lobos feroces. Traducía las palabras en trazos, las frases en bocetos. Cuando aprendió a leer por su cuenta, empezó a devorar cómics. Y siguió dibujando. Reproducía entonces las figuras que veía, extirpándolas de las viñetas, clonándolas en sus cuadernos, que iban acumulándose por decenas. En ellos, los estilos y personajes de Tintín, Los Simpsons, Star Wars o Las tortugas ninja convivían, dando lugar a algo nuevo. «Tenía la necesidad de plasmar cómo me imaginaba aquellos mundos». Unos años más tarde estaría creando los suyos propios.

Colaborador habitual de periódicos y revistas

Cuando lo consiguió, estos mundos llamaron la atención de The New York Times, Google o Variety. Bene Rohlmann es hoy un artista reputado que compagina el collage con la ilustración y las galerías con las revistas. Ya no se inspira en el mundo del cómic ni la televisión, pero un poso de esas influencias se encuentran en sus dibujos, donde se cuelan referencias evidentes al Pato Donald, Astro Boy o He-man. Y en cuanto a los libros, «no hay mayor placer para mí que leer a Charles Bukowski. Lástima que ya no pueda escribir».

«El cambio está bien, evita que caigas en la monotonía».

Podríamos citar al low bro, la ilustración enciclopédica o el old school tattoo como algunos de sus referentes actuales, pero quizá cambien en los próximos meses. Si algo queda claro viendo su recorrido, es que el estilo de Rohlmann es tan mutante como sus amadas tortugas ninja. Nunca ha querido hacer nada más que ser artista (excepto querer ser paleontólogo, cuando era un niño). Así que si no hubiera elegido el arte como carrera, no sabe qué estaría haciendo ahora mismo. Pero probablemente algo con el cine o la literatura.

«Gran parte de mi inspiración proviene de los dibujos animados y de los cómics que leía de niño, pero también de los juguetes con los que jugaba durante mi infancia. Me gustaban mucho todas estas cosas y tengo muy buenos recuerdos de esa época, en la que me sumergía totalmente en esos mundos, mientras jugaba con mis Lego, figuras de acción, etc. Lo que también me sigue inspirando son todas estas cosas vintage, como los diseños de tatuajes, la publicidad, la tipografía, la moda, los peinados, las etiquetas de cajas de cerillas y las ilustraciones de viejas enciclopedias».

Ahora disfruto de los colores, ¡es mucho más divertido!

Los colores, más que aparecer, han florecido. La metáfora no es gratuita, pues las plantas son una constante en los dibujos de Rohlmann. «Estoy fascinado con ellas desde pequeño, cuando pasaba horas en el jardín de mis abuelos». Irónicamente, nuestro artista invitado tiene alergia al polen, «pero no es culpa de las flores, no voy a dejar de dibujarlas por ello». Esta influencia floral no sólo se constata cuando refleja explícitamente una planta, sino que se intuye en el estilo general de su obra, que bebe de las ilustraciones que suelen adornar los viejos manuales de botánica. «De alguna manera creo que hay algo espiritual en todo lo natural».

Portfolio Bene Rohlmann

Entre sus clientes se encuentran The New York Times, Google, Disney, The New Yorker, Facebook, Snapchat, GQ Magazine, Rolling Stone, Nike, Burton, Converse, Mercedes Benz, Gigantic Brewing, Brasserie Dunham, Penguin Books, grupos musicales como Khruangbin o PHISH, Djeco Toys y Patagonia, entre otros. Ha mostrado su arte en numerosas exposiciones en todo el mundo tanto por Europa, México, Estados Unidos, Corea del Sur, Australia y Singapur.