Muchas veces, cuando paseamos por las calles de Madrid o Barcelona, nos encontramos con ciertos murales o graffitis que nos hacen reír, admirar o incluso reflexionar sobre esas palabras y decir “Vaya, qué chulada”.
Murales los cuales no estamos acostumbrados a ver por nuestros barrios ya que gozan de una calidad y sentido de la estética hasta hace poco nunca visto. Murales, que con un simple vistazo, sabes que pertenecen al mismo artista/artistas. Murales y pintadas con alma y esencia que los hace únicos. Esos murales, son Boa Mistura.
Pero, ¿Qué es Boa Mistura?
Boa mistura es un grupo de artistas urbanos nacido en 2001 en Madrid formado por los artistas Pablo Ferreiro, Juan Jaume, Pablo Purón, Rubén Martín y Javier Serrano. Todos ellos vienen del mundo de las bellas artes publicidad e incluso arquitectura e ingeniería.
El nombre de Boa Mistura es una palabra que procede del portugués y del gallego, teniendo como significado la expresión “Buena Mezcla” haciendo referencia así a todos los orígenes de los miembros del grupo y sus diferentes puntos de vista encarando el arte. Puntos de vista que hacen que se unan en un nexo común creando así una obra única.
Sus piezas se desarrollan principalmente en el espacio público, y su principal leitmotiv es el de crear una sonrisa en la gente que pasa por una de sus obras, y mejorar su calidad de vida.
Para ello, utilizan distintos tipos de herramientas dependiendo del lugar donde tengan pensado desarrollar la obra. Por ejemplo, algunas frases motivacionales o románticas que se ponen en algunos de los pasos de cebra más transitados del centro para que a durante el trayecto de camino al trabajo empieces con una sonrisa, o murales escondidos por malasaña con un dibujo único y diferenciador añadiendo una frase profunda.
La frase que acuñaron que más puede definir su obra es la de: “Nosotros no pintamos las calles, las tatuamos” dando por fin una identidad a edificios que carecen de alma.
Boa Mistura es un colectivo que están comprometidos con el espacio público, pero no solo de ambiente nacional sino que han trasladado sus fronteras al resto de Europa y Latinoamérica.
Todos sabemos que el mundo del arte es riesgo, riesgo a la hora de innovar, de crear algo nunca visto, algo único, pero en el caso de Boa Mistura, su riesgo va más allá que crear la mera obra de arte. Nos cuentan que uno de los factores a tener en cuenta a la hora de plasmar su propuesta en el núcleo urbano, es el de los permisos por parte de los ayuntamientos pertinentes. Permisos que no siempre llegan a tiempo o simplemente se les deniega, es en esos casos cuando, y a pesar de la prohibición, se la juegan numerosos casos “por amor al arte” (literal) y se lanzan a crearla no importándoles la multa que le corresponda o si tienen que correr delante de la policía. “Una vez unos municipales se acercaron para pedirnos la documentación y decirnos que dejásemos de pintar, pero se quedaron viendo e incluso nos contaron que quedaba mejor que como estaba” nos cuenta Pablo.
No se concibe la pintura como un elemento anexo o ajeno que pueda crear un impacto visual en el entorno. Siempre mejorar lo que existe, nunca pintar por pintar, o crear algo sin un propósito. Seleccionan concienzudamente lo que se va evolucionar, dándoles igual que sea legal o ilegal.
Entienden que el arte , puede ser una herramienta para el cambio social , dignificar los lugares públicos y crear una conexión humano-espacio. De esta manera, los usuarios pueden sentirse más concienciados a la hora de cuidar su espacio, su entorno, ya que no se toma la ciudad como un espacio neutro donde ir de un punto A al punto B, Sino que lo que hace Boa Mistura es crear un entorno, un ecosistema donde la persona se sienta uno más por ello, miembro esencial a la hora de cuidarlo.
Defienden, que además del comportamiento como individuo, y de su concienciación a la hora de cuidar el entorno, este tipo de obras de arte, hacen que se fortalezcan lazos de unión y cooperación entre personas. Como, por ejemplo, puede ser la coordinación entre vecinos una vez se han marchado los artistas, para seguir manteniendo la obra y cuidarla, ya que lo consideran como un elemento más propio.
Ya sea en Madrid, Berlín o Río de Janeiro, lo que han logrado los chicos de Boamistura es algo grande. Implementar y traer la cultura del street art a los barrios de España y Europa con un toque social.
Albina Pereira Pozo
Conocí su obra en mi país Chile, específicamente en el norte, ciudad Antofagasta, su obra como arte y además como acción comunitaria, es muy admirable y llama espontáneamente a unirse a ellos. Aquí en mi ciudad intervinieron y dejaron su arte en dos poblaciones, en las cuales se les recuerda con cariño por siempre.